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Marcos Molina – Canon Eos 5D • Nikkor 20 mm. • 332 tomas de 2 min. 11:04′ h • f/4 • Iso 400
Apoyo en roca con plastilina • Batería externa alta autonomía
Apilamiento en Tawbaware Image Stack • Ajustes finales en Photoshop CS3
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Una de las técnicas más interesantes que brindaba la fotografía
convencional eran las
exposiciones prolongadas
nocturnas. Uno dejaba la cámara con el obturador abierto durante X
tiempo, lapso en el que todo lo que aparecía delante de la cámara
quedaba registrado en la película, fuera estático o en movimiento. La
habilidad de la cámara para
acumular la luz en el tiempo ha sido eterna inspiración para mil y un composiciones e inagotable fuente de creatividad.
Las exposiciones nocturnas de paisaje poseen una magia especial que tiene mucho que ver con el paso del tiempo ‘comprimido’ en una sola imagen. La fascinación que me produce este efecto siempre me ha llevado a experimentar en paisaje, ya sea una escena iluminada por la luna o bien sin ella, registrando las trazas luminosas que las estrellas dibujan en el cielo, en virtud del movimiento relativo de la bóveda celeste con respecto a nuestro planeta.
Una fotografía particularmente atractiva es, si dejamos el obturador de la cámara abierto durante toda la noche. Desgraciadamente, con el actual instrumental digital, esta técnica está muy limitada, principalmente por la escasa
duración de las baterías (como máximo una hora aprox. en uso contínuo). Por lo demás, aparentemente la cámara está capacitada para trabajar prolongadamente sin más problema. Entonces se trata de un problema de energía. Y aquí es donde yo me propongo un reto, este invierno, aprovechando las noches más largas y limpias del año, que me brindan las mejores oportunidades para realizar exposiciones nocturnas.
Voy a intentar hacer
una exposición de toda la noche con mi cámara digital, procurándome un alimentador de energía externo y de gran autonomía., intentando así igualar las prestaciones de una cámara de película. Confié en el asesoramiento de un establecimiento especializado de electrónica de mi ciudad, de donde salí con un kit completo para suministrar electricidad a mi cámara durante el tiempo suficiente: una batería de plomo hermética recargable así como los accesorios pertinentes para utilizarla con mi
Canon Eos 5D.
La pega: la batería pesa nada menos que
3,8 kg, así que no está pensada para ir muy lejos. En casa efectúo una simulación para comprobar autonomía y respuesta de la cámara. ¡Mi pobre cámara nunca había sufrido tanto estrés! Sin embargo, parece que todo funciona perfectamente y la batería responde de sobra. Ahora, a esperar una noche de luna nueva y de cielos limpios y despejados.
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