Escribano Triguero
Emberiza calandra 16 cm.
Algunas aves son monógamas y otras polígamas, pero el Escribano Triguero puede ser las dos cosas. Se ha registrado, aunque no ha sido aceptado por todos los ornitólogos, individuos con harenes hasta de siete hembras, cada una con distinto nido y en el mismo área. El macho escoge un cantadero a alturas que van desde un mogote de tierra hasta más de 10 metros en un árbol, desde el cual puede vigilar su nido o por lo menos el camino utilizado por la hembra que incuba cuando deja el nido para alimentarse.
Es posible que por ser el Escribano Triguero una de nuestras aves pardas menos llamativas y debido a su falta de atractivo a los ojos de muchos observadores de aves, sea por lo que hasta 1930 no se sospecharan sus costumbres polígamas.
Es ave de terreno abierto, como campos cultivados sin árboles, tierras bajas y áreas de pastoreo. Pero aunque susceptible de ocupar diferentes hábitat, el Escribano Triguero se distribuye de modo curioso. Se puede viajar durante kilómetros por terrenos aparentemente apropiados para el ave sin verla ni oírla; y luego, como si se cruzara una frontera invisible, encontrar de repente que es común.
Identificación:
Plumaje pardusco listado; cabeza robusta, y pico claro; el canto, como de sacudir llaves, identifica al macho en verano; sexos iguales.
Nidificación:
La hembra construye un descuidado nido de hierba seca, bien oculto entre maleza, en el suelo o cerca de él; puesta, de abril a junio, de 3 a 5 huevos, grisáceos pálido o pardo claro, con marcadas rayas y líneas pardo negruzcas; incubación, sólo por la hembra, de unos 12 a 13 días; los pollos, alimentados sólo por la hembra, empiezan a volar a los 10 días; generalmente dos crías.
Alimentación:
Semillas, hojas, hierbas, grano; también insectos y pequeños animales terrícolas.
Hábitat:
Cultivos
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