Un vídeo de torturas a un cachorro que se exhibió en internet moviliza mañana a más de 60.000 personas en más de cincuenta ciudades
PILAR G. DEL BURGO VALENCIA
Se llamaba Schnauzi y era un cachorrito de dos meses que fue sibilinamente torturado durante 20 minutos por un psicópata que durante once horas previas había dado pelos y señales de sus premeditadas y sanguinarias intenciones con carteles escritos en español.
El vídeo se colgó en internet el 8 de febrero, se exhibió en dos cadenas de televisión y ha provocado una masiva reacción ciudadana contra el maltrato animal que se plasmará mañana en concentraciones simultáneas en más de cincuenta ciudades de España y en Bogotá (al sospechar que el sádico era de allí), en las que participarán unas 60.000 personas. La convocatoria es a las 20 horas en todas las metrópolis, salvo en Valencia que será a las 19.30 horas en la plaza del Ayuntamiento.
En el epicentro de esta movilización internacional está Laura Tomás García, de 28 años, natural de Valencia, licenciada en Pedagogía, en paro y defensora del respeto y del afecto hacia los animales.
El vídeo del torturador de animales -otro cachorro muerto yacía en el suelo- prendió la mecha de la respuesta social. Unos empeñaron sus esfuerzos en dar caza al culpable, rastreando internet como buenos mastines. A Laura le bastaron unos segundos de tan atroz filmación para ponerla en pie. "Intenté meterme en los grupos más fuertes de la red para buscar voluntarios y organizarnos por comunidades autónomas, porque pensé: 'si le cogen le van a caer entre tres meses y un año y sin antecedentes se quedará en una multa'".
Laura habló entonces con el abogado animalista Daniel Dorado para hacer algo más y evitar que el daño, con resultado de muerte, infligido al animal quedara impune. De esa conversación, que tuvo lugar a los ocho días del macabro suceso, surgió la idea de activar una acusación popular pero la iniciativa se paralizó al correrse la voz por la red de que el torturador no era español.
Maltrato animal y humano
"Entonces me situé en el otro extremo y me planteé: si es de aquí y lo cogen, ¿qué le harán? ¿le pondrán solo una multa para pagar una aberración?", expresa Laura que como buena pedagoga apunta: "si una sociedad no defiende a los animales, ¿cómo vamos a tener relaciones sanas entre nosotros? Si conseguimos tener respeto hacia los animales, también cambiaremos las relaciones entre nosotros".
"Nadie -agrega- puede deslindar el maltrato al animal del que se causa a una mujer, porque el primero es la fase previa del segundo".
Tras descartar una Iniciativa Legislativa Popular al no existir una ley nacional de protección animal ya que se trata de una competencia transferida a cada autonomía, Laura comenzó a unir a voluntarios de todas las redes sociales para convocar concentraciones simultáneas en el mayor número de ciudades. "Se trata de salir a la calle todos juntos como iniciativa popular el mismo día, a la misma hora, con la misma consigna y el mismo logo".
Dieciséis horas al día dedica esta animalista a extender la convocatoria que pivota sobre tres objetivos claros: endurecimiento del Código Penal -"no estamos de acuerdo con los pequeños cambios de la última reforma"-, adhesión al Convenio Europeo de Protección de Animales Domésticos y aprobación de una ley nacional. El grito colectivo será: "No al maltrato animal" y el logo, el rostro de Schnauzi, salpicado de huellas ensagrentadas.
El vídeo se colgó en internet el 8 de febrero, se exhibió en dos cadenas de televisión y ha provocado una masiva reacción ciudadana contra el maltrato animal que se plasmará mañana en concentraciones simultáneas en más de cincuenta ciudades de España y en Bogotá (al sospechar que el sádico era de allí), en las que participarán unas 60.000 personas. La convocatoria es a las 20 horas en todas las metrópolis, salvo en Valencia que será a las 19.30 horas en la plaza del Ayuntamiento.
En el epicentro de esta movilización internacional está Laura Tomás García, de 28 años, natural de Valencia, licenciada en Pedagogía, en paro y defensora del respeto y del afecto hacia los animales.
El vídeo del torturador de animales -otro cachorro muerto yacía en el suelo- prendió la mecha de la respuesta social. Unos empeñaron sus esfuerzos en dar caza al culpable, rastreando internet como buenos mastines. A Laura le bastaron unos segundos de tan atroz filmación para ponerla en pie. "Intenté meterme en los grupos más fuertes de la red para buscar voluntarios y organizarnos por comunidades autónomas, porque pensé: 'si le cogen le van a caer entre tres meses y un año y sin antecedentes se quedará en una multa'".
Laura habló entonces con el abogado animalista Daniel Dorado para hacer algo más y evitar que el daño, con resultado de muerte, infligido al animal quedara impune. De esa conversación, que tuvo lugar a los ocho días del macabro suceso, surgió la idea de activar una acusación popular pero la iniciativa se paralizó al correrse la voz por la red de que el torturador no era español.
Maltrato animal y humano
"Entonces me situé en el otro extremo y me planteé: si es de aquí y lo cogen, ¿qué le harán? ¿le pondrán solo una multa para pagar una aberración?", expresa Laura que como buena pedagoga apunta: "si una sociedad no defiende a los animales, ¿cómo vamos a tener relaciones sanas entre nosotros? Si conseguimos tener respeto hacia los animales, también cambiaremos las relaciones entre nosotros".
"Nadie -agrega- puede deslindar el maltrato al animal del que se causa a una mujer, porque el primero es la fase previa del segundo".
Tras descartar una Iniciativa Legislativa Popular al no existir una ley nacional de protección animal ya que se trata de una competencia transferida a cada autonomía, Laura comenzó a unir a voluntarios de todas las redes sociales para convocar concentraciones simultáneas en el mayor número de ciudades. "Se trata de salir a la calle todos juntos como iniciativa popular el mismo día, a la misma hora, con la misma consigna y el mismo logo".
Dieciséis horas al día dedica esta animalista a extender la convocatoria que pivota sobre tres objetivos claros: endurecimiento del Código Penal -"no estamos de acuerdo con los pequeños cambios de la última reforma"-, adhesión al Convenio Europeo de Protección de Animales Domésticos y aprobación de una ley nacional. El grito colectivo será: "No al maltrato animal" y el logo, el rostro de Schnauzi, salpicado de huellas ensagrentadas.