1 de diciembre de 2013

Bartolomé Esteban Murillo. Biografía y obra

Introducción a la vida y obra del pintor Bartolomé Estaban Murillo (1617-1682)





Bartolomé Esteban Murillo, Self-portrait , 1670-1672, 122 x 127 cm ...theredlist.fr


- Formando parte del foco sevillano de finales del Barroco del s.XVII, coexisten dos personalidades pictóricas fortísimas y enfrentadas: Valdés Leal y Bartolomé Esteban Murillo, este último retratista de lo cotidiano pero muy alejado ya del cruento hiperrealismo extremo, tan del gusto de ciertos autores, y punto y final del capítulo del naturalismo tenebrista, que heredará pero no mantendrá.




Bartolome Murillo-inmaculada - walpole.jpg - Wikimedia Commons  commons.wikimedia.org



Conocido como pintor de redondeces y dulzuras, si a una imagen se asocia el nombre de Murillo es a la de sus vírgenes, siempre puras y delicadas, sencillas en la comprensión y exquisitas, envueltas por una gracia que hoy día quizá para algunos gustos pueda pecar de sentimental en exceso.


The Annunciation
 Su estilo se divide para un mejor análisis en tres fases o periodos (denominados por Ceán Bermúdez): el estilo frío (hasta 1652), el cálido (1652-1656), y el vaporoso (aproximadamente de 1667 a 1682).

Biografía de Murillo
Bartolomé Esteban Murillo, Self-portrait



Bartolomé Esteban Murillo nace en Sevilla en 1617, en el seno de una familia compuesta por numerosos hermanos que pronto quedarán sin padres (en un espacio muy breve de tiempo morirá el padre seguido de la madre). De esta manera, Esteban será criado por una hermana y su marido, con el cual mantendrá hasta el final cordiales relaciones.

Será en esta ciudad también donde comience a desarrollar su profesión de pintor, primero realizando obras de temática religiosa para exportar a América y, tras un supuesto "paseo" por Madrid conociendo de la mano de Velázquez las colecciones del Escorial y el Alcázar, asentándose y recogiendo laureles hasta su muerte en 1682.

Al igual que sucede en tantos otros casos se desconoce cuándo exactamente debió comenzar el aprendizaje del joven Esteban, aunque se cree que se inició alrededor de 1633 al lado del maestro pintor Juan del Castillo, en cuyo taller habría permanecido hasta la fecha de la marcha de éste a otras capitales andaluzas unos cinco años después.

Una vez aprendida la base del oficio, la siguiente influencia en la vida pictórica de Murillo vendrá determinada por Pedro Moya, quien, de paso por Sevilla en 1642, y después de estar en Londres, le hará partícipe de lo que en esta ciudad se estaba llevando a cabo (habría conocido a Van Dyck poco antes de su muerte), suscitando en Murillo por medio de copias e impresiones comentadas el deseo de partir de viaje para visionar este tipo de arte también. No irá tan lejos sin embargo, llegando hasta Madrid (según la teoría de Céan Bermúdez) para regresar poco después a su ciudad de origen.
The Virgin of Seville , 1665-70 www.artcyclopedia.com

Lo cierto es que hasta la fecha de febrero de 1644, en que es seguro que se encuentra en Sevilla, los pasos de Murillo han sufrido más de un seguimiento arropados por conjeturas (al parecer, de joven, tuvo la intención de emigrar al Nuevo Continente, viaje finalmente fallido, al igual que uno planeado a Italia durante su residencia madrileña, la cual también ha generado hipótesis de veracidad). Sí es seguro que en el año ya citado se halla de nuevo en su ciudad natal porque existe constancia de que es admitido en la Cofradía del Rosario de la Iglesia de la Magdalena.

La Sagrada Familia del pajarito (c.1650), de Murillo

Así, poco después, se encuentra totalmente establecido, con taller propio, recibiendo encargos de importancia cuya buena resolución contribuirá al aumento de su fama, como la serie para un claustro del Convento de San Francisco en Sevilla (1645), y a punto de formar una familia (diezmada más tarde por la peste del 49). Para la iglesia de los Franciscanos también va a realizar unos años más tarde (1650) una famosísima Inmaculada Concepción, que preludia en esbozo el tipo de virgen a desarrollar en años posteriores (comienza ahora una serie con este tema, que continuará hasta casi su muerte). De esta fecha es también su archiconocida Sagrada Familia del pajarito.


Hacia 1660 el reconocimiento de Murillo es grande, los encargos se suceden (provenientes principalmente de clientes religiosos), e incluso llega a intervenir en la fundación de la Academia de pintura de Sevilla, cuya presidencia ostentará hasta el año de 1663. En años siguientes va a llevar a cabo algunas de sus principales obras, como los dos lienzos del sueño del Patricio (para Santa María La Blanca), y muchas de sus inmaculadas, niños y anunciaciones, llegando su fama a tal extremo que, al parecer, el propio monarca Carlos II le habría instado a trasladar su residencia a Madrid, declinando el pintor la invitación.

Al final de su vida (1681 u 82) inicia la serie que no llegará a ver terminada de la iglesia de los Capuchinos de Cádiz, durante cuya ejecución sufrirá un accidente, al caer desde un andamio, que le conducirá a la muerte, finalizando así su vida en el año de 1682.

 Inmaculada de la media luna

Principales Obras de Murillo

Aunque pueda parecer lo contrario, en parte debido a la fama con la que Murillo ha pasado a la posteridad, no es éste un pintor tan sólo de idealizadas y edulcoradas vírgenes.

Bien es verdad que es fácilmente reconocible en el uso de colores brillantes, de vaporosas superposiciones y de fantasías elegantes y contenidas, pero no es el único tipo de pintura al que se dedicó. De hecho su obra sufrirá una evolución desde los primeros temas de corte tenebrista de su juventud, con los que recoge el vivir en los barrios pobres sevillanos, hasta las bellísimas y serenas inmaculadas de sus últimos años.

Niños comiendo melón y uvas
Así, ejemplos de costumbrismo realista se pueden considerar lienzos como el titulado Niños comiendo melón y uvas, o Vieja espulgando a un niño, en los cuales además aparece uno de los temas recurrentes de Murillo: la infancia, que aparece representada de forma anecdótica, copartícipe en las obras marianas, e incluso con una carga dramática.

Famosos son sus cuadros religiosos, en los que representa lo extraordinario de una forma sencilla, muchas veces según imágenes de lo cotidiano, como sucede en la ya mencionada Sagrada Familia del pajarito, e innumerables son sus Inmaculadas, perfectas, preciosas, delicadas y armoniosas (del Escorial, de la Media Luna, Concepción, etc), al igual que sucede con aquéllas composiciones de vírgenes con niño.

Fuente: Arte España