Queridos amigos, doy fervientemente gracias a Dios por teneros,, como os dije, sois mi tesoro.
También quiero que me disculpeis por los momentos en los que la emoción, esa amiga que a veces traiciona, me dominó, sintiendo que me faltaba el aire, y las lágrimas, otras amigas, pero también a veces inoportunas, quisieron salir a pesar de todo.
A mi edad, en situaciones como la que viví con vosotros el miércolesdía 16 de Noviembre de 2.011 por la tarde, me es dificil controlar estas cosas..
Mi propósito era que fuéseis felices y pasáramos un buen rato juntos y entre todos lo conseguimos.
A todos los que allí estuvisteis, desde lo másprofundo de mi corazón, muchas gracias.
Antonio y Maribel.