La Cigüeñuela Común está provista de patas muy largas, que le dan un aspecto realmente estrambótico, que recuerda a una cigüeña en miniatura. Cualquiera pensaría que se mantiene en un equilibrio inestable, pero de hecho sus movimientos son de una rara elegancia y su fino pico y el brillo de su plumaje le añaden gracia.
Huésped de las marismas y de las charcas poco profundas de agua dulce, la Cigüeñuela Común anida en casi toda España en localidades favorables, variando mucho el número de parejas reproductoras según las condiciones ambientales. En años de sequía pueden producirse movimientos de aves hacia zonas más septentrionales, abandonando sus lugares habituales, en los que puede ya haber comenzado la cría.
La construcción de nidos es muy desigual según el lugar; algunos son montones gruesos de hierbas, mientras que otros se apoyan casi en el suelo a orillas del agua. La importancia de la colonia varía mucho, desde unas cuantas parejas hasta más de cien juntas. Una vez realizada la cría, las aves suelen reunirse en grupos que inmediatamente comienzan su viaje hacia África para invernar, aunque un pequeño número permanece en España durante todo el invierno en grupos dispersos.
Identificación:
Alas y manto negro; cola gris claro; resto del cuerpo, blanco; patas rojas, muy largas; pico negro; en plumaje nupcial, el macho tiene la nuca negra; en los jóvenes, cabeza y cuello grisáceo, manto menos oscuro que en adultos y patas gris anaranjado.
Nidificación:
Nido de hebras de hierba entrelazada, en el suelo, en barro o en agua somera, en una charca, entre la vegetación clara; puesta, de abril a mayo, de 3 a 4 huevos oliváceos con manchas grises y negras; incubación, por los dos padres, 25 días; los pollos, nidífugos el nido al poco tiempo de nacer., vuelan tras unos 30 días.
Alimentación:
Gusanos, moluscos; insectos y larvas.
marismas y zonas palustres.
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