El afectado muestra el documento con la fecha del 31-12-3000 de vencimiento. | ELMUNDO.es |
Dentro de poco menos de 1.000 años, en el remoto siglo XXXI y tras muchas generaciones, este empresario, Vicente, podrá recuperar lo invertido al figurar un vencimiento del 31-12-3000, tal y como le ha explicado la CAM. La fecha tiene un plazo tan largo porque es indicativa del carácter perpetuo de las participaciones preferentes que él ignoraba en todo este tiempo.
Según ha indicado el afectado a EL MUNDO, en su día, se limitó a pasar por el banco a firmar el documento de compra sin adquirir más información pensando que se trataba de una buena operación y que podría disponer del dinero cuando lo necesitara. Esa desinformación que él reconoce y el perfil del producto, la participación preferente que es perpetua y que nadie, según él, le advirtió, han generado la polémica.
Vicente acudió esta semana de Navidad a una oficina de la CAM de la provincia de Castellón para recuperar la cantidad que depositó y su sorpresa fue mayúscula cuando la cajera le informó de que la entidad no puede reintegrarle hoy en día el importe original de 36.000 euros y los intereses generados desde 2006. El producto sólo se puede vender otra vez.
En estos últimos días, Vicente ha realizado varias consultas en la oficina de la CAM y le han informado de que la cláusula es legal por el carácter perpetuo de las preferentes. Si quiere disponer del líquido, le toca esperar 988 años o vender los títulos adquiridos al precio que el mercado financiero imponga.
Su experiencia podría ser un ejemplo de los abusos que denuncian del sector financiero ahorradores traicionados por contratos de letra pequeña que auspician las relaciones de confianza entre la banca y el cliente. "Yo no miré nada. Llevaba desde 2002 en diversos fondos con la CAM. Un día me llamaron del banco en 2006 y me dijeron que me iban a poner el dinero en un nuevo sitio y les di mi autorización por teléfono. Al cabo de unos días fui y firmé. No sabía que no podría retirar el dinero hasta el año 3000", afirma Vicente, a quien el banco dio la oportunidad de venderlo inmediatamente en el mercado financiero sin que él aceptara finalmente.
El afectado expresa que en estos momentos no tiene ninguna orden de desahucio ni embargo pendiente, pero tal y como está ahora la vida, decidí sacar el dinero y fue cuando me dijeron que no podía hasta el año 3000. Cuando lo vi en el documento del banco pensé que era un error de impresión, que no podía ser verdad de ninguna forma", señala.
Además, el empresario cuestiona la rentabilidad de la operación y opina que va a tener dificultades para poder venderlo y recuperar la inversión. "No puedo vender así", resume.
Vicente critica que en la banca ocurran situaciones como ésta "porque sé que no soy el único al que le ha pasado esto" y recuerda al sector financiero que esos 36.000 euros "no caen del cielo, me los he ganado trabajando.
Víctor Navarro | Castellón