Impresionante Artista, Alfredo Rodríguez ( Tepic, Méjico, 1954)
Para Alfredo Rodríguez, la pintura fue tan importante en el desarrollo de su infancia como aprender a hablar y andar.
A los seis años, su madre le regaló un juego que marcaría su vida para siempre, una caja de acuarelas con las que decoraba los trabajos escolares y realizaba retratos de sus familiares.
Nacido y criado en México, en una familia humilde de nueve hermanos, utilizó su talento para ayudar en las necesidades económicas familiares. Con solo catorce años ya era pintor profesional.
Actualmente reside en Corona (California) donde se trasladó a vivir en 1979. Miembro de la prestigiosa asociación americana "Indians and Cowboy Artists", ha recibido premios de las más prestigiosas organizaciones.
Las pinacotecas de medio mundo están repletas de magistrales obras
de arte de pintores renombrados cuyos nombres eternos resuenan en nuestra mente
como un eco inextinguible.
El talento es una lluvia de bendiciones que cuando despliega sus
alas deja caer un polvo mágico de buenaventura y fortuna que salpica e impregna
con sus virtudes a unos pocos privilegiados.
Boticelli, Caravaggio, Zurbarán, Ribera, Monet, Van Gogh, Dalí o
Klimt se funden en un abrazo afectuoso en enormes paredones de espaciosas salas
con otros genios de la pintura menos conocidos como Claudio de Lorena, Sisley o
Cabanel.
Más contemporáneo y abordando temas que nada tienen que ver con
parábolas sagradas, veneración y mitología, paisajes impresionistas, bodegones,
surrealismo o retratos de la nobleza surge como un pequeño milagro el pintor
mexicano Alfredo Rodriguez.