Si el asunto es grave, más lo es aún cuando, de ese total de personas, 64 son niños de entre cuatro y cinco años. El dueño de la furgoneta, residente en la provincia china de Hebei, utilizaba su vehículo, homologado para un máximo de ocho pasajeros, como si de un autobús escolar se tratase. Para ello, había eliminado los asientos en la parte posterior y los había sustituido por cuatro banquetas de madera.
Las autoridades dieron el alto a la furgoneta y su sorpresa fue mayúscula cuando vieron a más de cincuenta niños en la parte trasera del vehículo. Ajenos al peligro que corrían diariamente, no queremos ni imaginarnos qué hubiese ocurrido de haber sufrido un accidente, los niños se muestran curiosos ante las cámaras. El conductor fue detenido y puesto a disposición policial. En la noticia dicen que será juzgado en base a las normas de Tráfico vigentes en China, aunque no especifican pena alguna. Seguramente, este hombre se lucraba bastante haciendo las veces de transportista escolar y poniendo cada día la vida de 64 niños en peligro.
Ver para creer.