Las hay que nacen con estrella y las hay estrelladas. Bibiana Aído es de las primeras. Con la ayudita del presidente del Gobierno la baraka de la ex ministra ha tocado techo. Finalmente ha logrado su sueño: vivir en Nueva York, una ciudad que le encanta y que ya frecuentaba en sus idas y venidas como ministra de Igualdad.
Su lugar dorado, Manhattan. Y allí vive, en un apartamento de dos dormitorios, por el que paga 3.700 euros, en la planta 19 de un edificio de la 2ª Avenida con vistas al East River. Allí vive y allí trabaja, a diez minutos de su domicilio.
Hace pocas semanas se ha incorporado a su nuevo trabajo en las Naciones Unidas. Su mentor, José Luis Rodríguez Zapatero, le proporcionó en el mes de junio un puesto en ONU Mujeres como asesora en asuntos de igualdad de género de la directora ejecutiva, Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile. Aído tiene un sueldo de 6.400 euros netos, más complementos y gastos de viajes, representación y coste de la vida.
Su nombramiento provocó una cascada de críticas, especialmente cuando ONU Mujeres afirmó que Aído poseía "Una distinguida carrera de servicio público para el Gobierno de España".
Su "distinguida carrera" política es tan exigua como su formación y su carrera profesional. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Cádiz, realizó unas prácticas de 3 meses en agosto de 2000 en Unicaja. Ese mismo año trabajó 10 meses en una empresa y, más tarde, otros 3 en Caja San Fernando. Y ahí acaba la historia.
Su carrera política es bien conocida: desde los 16 años perteneció a las Juventudes Socialistas, ingresó en 1995 en el PSOE y en 2002 tuvo un cargo durante 9 meses en el Observatorio de Emprendedores de la Universidad de Cádiz.
Fue directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco de 2006 a 2008 y en abril de ese año pasó de desarrollar el flamenco a dirigir, con 31 años, el recién creado Ministerio de Igualdad que resultó ser una zapaterada.
Su nombramiento como asesora en Naciones Unidas suscitó también críticas de otra índole. El puesto que ahora atesora Bibiana Aído estaba destinado a Cristina Gallach, funcionaria del Consejo de la UE, políglota, ex portavoz de Javier Solana en Bruselas, cuya competencia está sobradamente reconocida.
Pero Gallach se quedó con un palmo de narices cuando en el mes de junio ONU Mujeres nombró a Bibiana Aído.
¿Por qué se eligió a esta mujer de escaso curriculo y parcos merecimientos políticos?
Puede que la respuesta tenga que ver con el acuerdo suscrito por el Gobierno de España en 2010 por el que se comprometió a aportar hasta 2012 nada menos que 99 millones de euros a organismos de Naciones Unidas dedicados a la mujer y a la igualdad de género. Este año se han pagado ya 33 millones. Desde 2006 España ha contribuido con 244 millones para estos menesteres.