Zapatero muestra un gráfico sobre la crisis durante el debate. / Ballesteros (EFE |
Ha habido que esperar a la tarde para que el debate, igual que la temperatura agobiante del exterior, se calentara. Por la mañana, el día había comenzado con el discurso del presidente del Gobierno (el último que realiza con este formato), con el que se ha abierto el debate del estado de la nación. Ha sido un balance optimista de las reformas emprendidas por el Gobierno para salir de la crisis económica, en el que Zapatero ha asegurado que esa salida depende fundamentalmente de la creación de empleo. El presidente apenas ha realizado anuncios concretos, aunque ha prometido una reforma de los créditos hipotecarios en favor de los usuarios y un tope de gasto para las comunidades autónomas, como el de la Administración central. También ha anunciado que el Gobierno seguirá adelante con los 36 proyectos de ley que tiene en tramitación. Además, el jefe del Ejecutivo ha reclamado consenso para sacar adelante la renovación de los magistrados del Tribunal Constitucional.
Zapatero ha centrado casi todo su discurso en la crisis económica, a la que ha tildado de "desafío". "En su dimensión internacional, entraña un desafío para la posibilidad misma de una globalización ordenada y justa", ha afirmado. Además, varias de las propuestas que ha anunciado han estado dirigidas a los indignados del Movimiento 15-M, a los que ha dedicado varios guiños en su intervención. "Forman parte de la fisiología y no de la patología de nuestro modelo de convivencia", afirmó. "Y reivindican el valor de la política".
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