El FC Barcelona consiguió el sábado la cuarta Copa de Europa de su historia tras imponerse al Manchester United (3-1) en un vibrante partido, celebrado en el estadio de Wembley, y donde los goles llevaron la firma de Pedro, Messi y Villa.
TRIUNFO DEL FÚTBOL OFENSIVO.
No hubo dudas en el césped del estadio de Wembley, con una victoria clara y rotunda del FC Barcelona que se proclamó campeón de Europa por cuarta vez en su historia al imponer el fútbol ofensivo que lleva por bandera y vencer al Manchester United (3-1) en un nuevo Wembley que ya es tan mítico como el original para los blaugrana, que han cerrado el círculo abierto por el Dream Team en 1992, y recuperan así el trono perdido el año pasado.
Será la historia quien diga si este equipo liderado por Josep Guardiola supera al de Johan Cruyff, que tuvo el mérito de conseguir la primera y romper con un maleficio para algunos, deuda histórica para otros. El hecho es que Guardiola ha conseguido llevar a este equipo a las más altas esferas del fútbol, empapado como quedó de las lecciones del Holandés volador, y cuenta en su verde trayectoria como técnico con dos Champions de tres intentos.
Tanto Barça como Manchester se estrenaron en Wembley y luchaban esta noche por su cuarto título. Empezó el Manchester más entonado, en los primeros diez minutos, pero nada tuvo que ver con la final de Roma. No dispararon a puerta y el rumbo del partido no empezó con un gol blaugrana, entonces de Eto´o, sino por un cambio de mentalidad, ritmo e intensidad que les convirtió en amos del balón.
La frescura de Guardiola
Y con él, este Barça no tiene rival. Se fue al descanso con empate, pero el juego fue tan superior que en la segunda parte solo tuvieron que centrarse en lo hecho, e ir un poco más allá. El gol de Rooney fue el único peligro de verdad en los de Sir Alex Ferguson, que una vez más ha vuelto a caer contra la frescura e inteligencia del técnico de Santpedor. Guardiola venera al escocés, éste ve como el catalán le priva de una Orejuda más de despedida.
Con un vendaval de ocasiones, de pases milimetrados entre una ordenada defensa inglesa, y la portería de Van der Sar como único punto de vista, los blaugrana sentenciaron la final con dos goles que les certifican como reyes de Europa. Pudieron ser más, no llegaron y los blaugrana se conformaron con el 3-1, renta suficiente para no tener que pasar apuros.
Xavi e Iniesta llevaron una vez más la batuta del juego, secundados por un Busquets ya consagrado y la tranquilidad que da tener atrás a Valdés, Piqué, Alves, el recuperado y sorprendente Abidal y a un Mascherano que llegó para ser suplente de Busi y que finaliza la temporada como un central de garantías.
El hambre de Messi
Pero si este Barça es superior es, en gran parte, a la figura de Leo Messi. El mejor jugador del partido, para la UEFA y para todo el barcelonismo, no paró de driblar rivales, asistir y rematar en todo el partido, y no cesó hasta que marcó el segundo gol, el que volvió a dar alas a los blaugrana y a encerrar en el infierno a los red devils. El argentino demostró que su hambre de títulos no cesará nunca, todo entrega y sacrificio por el grupo.
Fue una gran noche para los catalanes, una en la que demostraron que costará acabar con su hegemonía en Europa. Valdés casi no tuvo apuros, pero estuvo muy atento al corte, la defensa actuó de oficio con la única excepción del gol de Rooney, los locos bajitos del centro del campo aleccionaron como siempre y que decir de los tres de arriba más que honoraron a su apodo, MVP, con un gol para cada uno.
Pedro abrió la lata dejando sentado a Van der Sar, que se despedirá del fútbol con un sabor amargo, y tras aprovechar una gran asistencia del metrónomo Xavi. Messi, con una tranquilidad pasmosa, se fabricó él solito el gol. No había espacios en la frontal, así que se adelantó el balón y dejó ir un latigazo imparable. Para poner el broche de oro, Villa se reencontró con el gol en el mejor momento y de la mejor manera, con un tiro colocado con sabor a Champions, a la cuarta de la historia. Londres, París, Roma y de nuevo Londres. ¿Próxima estación? La celebración del título en Barcelona.
Antes, los capitanes blaugrana decidieron dar el honor de levantar la Champions a Éric Abidal, que ha superado el cáncer de hígado que se le detectó en marzo y, como suele decirse, ha vuelto a nacer para levantar el máximo trofeo continental. Esto es ser "més que un club", como el hecho de que Valdés vistiera de verde en honor a Andoni Zubizarreta, portero y capitán del Dream Team que empezó a escribir la historia hoy ampliada.
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Leo Messi fue uno de los héroes azulgrana en la final de Wembley y se reencontró con el gol. (Foto: Reuters / Europa Press)